Elisa Fernández se alza con un quinto puesto en su estreno en la categoría de -63kg y la primera competición tras la pandemia

La competición en el pabellón Gallur de Madrid supuso la cara y la cruz para la expedición del Judo Club Avilés. El mayor botín fue para Adrián González (+100kg) que se hizo con el subcampeonato de España en su último año en la categoría. El avilesino fue la sorpresa agradable del sábado con tres combates sobresalientes que le sirvieron para meterse en la final donde cayó con el georgiano nacionalizado Kevlishvili.

En el primer combate se impuso al catalán Marc Escrivá con un trabajo de suelo de diez. En el segundo se vio las caras con el madrileño Marcos Sánchez. Para la victoria se basó en un trabajo de agarres y posición muy correcta a nivel táctico. Posteriormente llegó la pelea clave ante el catalán Pau Muñoz, judoka que el año pasado fue medallista nacional. El avilesino mostró un gran agarre ante un zurdo, una estupenda posición y con un sasae (acción técnica) que acabó en el suelo más una inmovilización se llevó el pase a la final. En el último combate Adrián notó la diferencia de peso abismal con su rival (160 kg) y no fue capaz de meter la mano buena por dentro. Pese a ello, sensaciones excepcionales con un judoka que en la cita nacional sacó todo lo que llevaba dentro y obtuvo el resultado a un trabajo diario en los entrenamientos. “Estoy muy contento porque no esperaba estar peleando por las medallas. El primer combate me pareció más fácil, pero a partir del segundo y el tercero había que plantar un poco más de cara”, ha apuntado Adrián a la par que ha reconocido que Kevlishvili “está a años luz de nosotros. Es un rival muy fuerte”. El judoka cierra su paso por la categoría de forma dulce y reconoce que, a partir de ahora, “será más complicado porque es senior, pero vamos a seguir luchando y trabajando en los entrenamientos”.

Los judokas del Judo Club Avilés Rodrigo Burgos, Elisa Fernández, Alba Barreiro y Adrián González en la cita de Madrid. JCA

También muy buenas sensaciones para Elisa Fernández. La judoka llegaba estrenando categoría (-63kg) y en su primera gran competición tras la pandemia. Ha sido otra sorpresa agradable ya que solo cedió en la lucha por el bronce con la madrileña Paula Carpio. La avilesina no tenía grandes expectativas de obtener medalla, tal y como apuntaba en la previa, pero ha demostrado que con trabajo y esfuerzo puede llegar a colarse entre las mejores.

La cruz la protagonizaron Alba Barreiro (-63kg) y Rodrigo Burgos (-73kg), ambos con serias aspiraciones para obtener metal. En el caso de la primera el sorteo le deparó un debut ante una de las favoritas, la canaria Ainoa Salazar a la que se impuso en un combate tremendo y muy pautado tácticamente. Posteriormente le tocó otro de los rivales que suele pelear por el pódium, la madrileña Paula Carpio ante la que no pudo imponer su buen judo a pesar de empezar por delante en el marcador. En la repesca, Alba venció a la catalana Ivet Tella, pero luego cayó en un mal combate ante la madrileña Ana Carazo ya que, pese a ponerse por delante, dos errores tácticos trajeron la derrota. En el caso de Rodrigo, toca pasar página y seguir trabajando para buscar solución a los errores de suelo ya que consiguió hacer lo más difícil, remontar ante el madrileño Álex Rivas, pero cedió cuando ya quedaba poco para el final.