El técnico de los cadetes considera que en la cita estatal “lo importante es la victoria y no tanto el desarrollo de la competición” y cree que el margen de crecimiento de la categoría es “brutal”

Ricardo García afronta una de las grandes pruebas de la temporada en su primera campaña al frente del equipo de competición. Esto, que podría ser una presión añadida, es más bien al contrario para García: un deportista de los que le va la marcha, que conoce como nadie el sentimiento JCA y es que, como dice la expresión, fue monaguillo antes que fraile o lo que es lo mismo, competidor antes que entrenador. Reconoce una evolución muy buena en los cadetes en las últimas semanas y cree que la cita de Huesca llega en un momento óptimo para sus pupilos.

¿Cómo llegas a la cita?

Tranquilo porque el trabajo está hecho. Queda la puesta a punto final, hablar con ellos, que tengan la cabeza tranquila y cada uno sus objetivos. Más allá de eso, es la competición más importante de todas las categorías. Al margen de que tengas citas de alto nivel, el título de campeón de España de tu categoría es lo más goloso y ese día hay que demostrar. Ha habido caso de temporadas buenísimas, pero si pinchas en esa cita el sabor es amargo y puede pasar al revés.

¿Qué supone la presencia de ocho judocas de JCA en una fase final del campeonato de España?

Es lo normal (risas). Parece arrogante, pero es que es el objetivo que se persigue. Incluso me he quedado con ganas de meter un par de judocas más en la fase final porque se quedaron muy cerquita. Al final, tienes las plazas que te mereces. No me gusta hablar de injusticias en el deporte: trabajamos todos y consigues lo que te mereces y si no tienes que trabajar más.

¿Somos conscientes de la importancia de que ocho representantes de Judo Club Avilés estén en una cita de estas características?

Es importante, pero te diría más. Es verdad que en la plantilla hay gente cuyo objetivo es meterse, pero lo que trato de transmitir es que la meta real es sacar resultados en el campeonato de España. No es tanto el clasificarte, prácticamente digamos que lo damos por hecho, si no que el objetivo es traerte resultados de una cita estatal. Me gustaría que fuera una frase aplicable a todas la categorías: Escolar, Juvenil o Senior.

¿Cómo se le quita presión a un judoca?

No se le quita nada, aquí hay que saber trabajar bajo presión porque sin ella no se funciona (risas). Más allá de la broma, hay que trabajar para que no les sobrepasen las expectativas y luego al llegar la competición queden bloqueados. La cuestión mental hay que trabajarla para salir vivo, que no se me acumulen las ideas y haga una mala competición. Cada uno tiene su hoja de instrucciones, los vas conociendo y sabes qué trucos o hábitos tiene cada judoca para rendir lo mejor posible en la competición. Es algo que es difícil de gestionar y las competiciones no se pueden replicar.

¿Los chicos llegan en su mejor momento?

Llegan en muy buena forma. Hombre, puestos a escoger habría momentos de la temporada donde ese fin de semana me hubiera gustado que se celebrara el campeonato de España porque los ves con la chispa, están a tope, pero la cosa no funciona así (risas). Es tan importante llegar con la puesta a punto casi al 100% como no pasarte de frenada. Los ves trabajar y lo que queda son detalles porque el competidor ya va con las tácticas y todo pasa por un convencimiento personal de cómo afrontar ese día con la mayor exigencia y siendo muy competitivos.

¿Cuánto trabajo hay de ese que no se ve?

Todo, porque el trabajo no se ve (risas). La gente se queda con el resultado, eso es algo común a todos los deportes. No hablamos solo de entrenamientos tácticos o físicos, si no de las conversaciones en el vestuario. Es un trabajo constante porque todos los detalles repercuten en la puesta en escena. Se ve la competición y la gente asocia, en función del resultado, si trabaja o no; es algo indirecto. Hay un trabajo detrás innegable y mucho es fuera del tatami: en casa, con los compañeros o hablando directamente conmigo y eso es fundamental.

¿Es más importante la victoria o el papel que se desarrolle, aunque no se alcance el pódium?

A nivel de temporada general sí me parece importante el nivel de desarrollo porque puedes ver el inicio, el intermedio y como se va pareciendo a lo que tú querías visibilizar al principio de temporada: algunos van bien, otros hay que cambiar cosas y al final puedes hablar de un desarrollo positivo. En este caso, llevo viendo unas cuantas semanas de mejora en todos. Claro, si hablamos en concreto de un campeonato de España, lo importante es la victoria y no tanto el desarrollo de la competición. Obviamente si llegas y pierdes el primero no puedo decir que tengas un buen desarrollo. Si has ganado es que has hecho un buen desarrollo de la competición, a toda costa y eso lo tienen que entender y no va en detrimento del trabajo de la temporada. La realidad es la que es y un competidor debe conocerla: la victoria y la derrota y eso pasa por conjugar ambos elementos a la hora de afrontar la competición.

¿Hay margen de crecimiento en este grupo?

Estoy en la misma línea que Carlos porque la máxima expresión del judo llega en la época Senior y, aún en esta, todavía van a seguir teniendo mejorías, quizá de limar asperezas. En Infantil y Cadete no se les puede poner un techo a los deportistas porque es imposible. Hay un margen de crecimiento y de mejoría brutal. Por lo tanto, esto es un camino que tiene que seguir con mucho trabajo.