El entrenador Carlos Fernández reconoce que “podíamos haber aspirado a algo más, pero el nivel de esta competición es muy alto y a veces las cosas no salen”
Alicante se perfilaba como una de las grandes citas de la temporada y el nivel visto demuestra que el campeonato es un torneo de referencia en España. El botín final fue de una medalla de bronce para Nicolás Fernández en -42kg con lo que clausura la temporada de Copas con un nuevo pódium. En cuanto al resto, las hermanas Valeria y Adriana Coronado (-44kg y -52kg respectivamente) se quedaron a las puertas con un quinto puesto cada una y Laura Iglesias (-57kg) y Ángel Miguélez (-38kg) cayeron a las primeras de cambio. “Los principales candidatos estuvieron en la lucha por las medallas. Es cierto que deberíamos haber aspirado a algo más, pero el nivel era muy alto y en el deporte a veces te sale cara y otras, cruz”, señalaba el entrenador Carlos Fernández.
En el caso de Nicolás Fernández, la competición se desarrolló “con mucha seguridad” realizando seis combates, los tres últimos tras la repesca con los gallegos Vila y Crespo y el madrileño Polo “con un magnífico kouchi gari” cuando el combate empezaba a caer del lado del avilesino. El técnico ponía en valor el papel del judoca: “Es un bagaje muy importante porque después de quedarnos fuera en cuartos, tuvimos otros tres enfrentamientos y remontamos hasta meternos en el pódium. Manejar este tipo de situaciones en lo emocional, cuando eres el favorito, nos tiene que hacer salir más fuertes”.
En el caso de las hermanas Coronado el balance es más o menos similar. La liguilla previa de Valeria Coronado fue muy buena “venciendo con facilidad” a sus tres rivales. Posteriormente se impuso a la balear Muñoz y luego cayó con la vasca Pereda -campeona en Alicante- donde dominó el agarre, pero no supo generar el desplazamiento suficiente: “Valeria podría ser campeona perfectamente y salgo con la sensación de que podíamos haber ganado el último combate, aunque para eso tener que estar muy metidos”. Para Adriana Coronado la liguilla fue “más dura” con dos victorias ante la murciana Escudero y la cántabra Guerra y derrota con la aragonesa Diarrá. Después llegaría un muy buen combate ante la madrileña Noriega para caer en la siguiente ronda.
El balance final es que “a veces sumas medallas y otras experiencias. Nos quedan seis semanas para el campeonato de España en Zaragoza y la cita de Alicante ha sido muy importante porque nos sirve para tomar nota de los aspectos que tenemos que mejorar para estar en las medallas”.
Sobre los cadetes, su entrenador Ricardo García hablaba de una competición “bastante decepcionante porque ninguno de los competidores pasó de segunda ronda”. A García no le sirve que la competición sea de nivel ya que “si vamos, es para meternos en las medallas porque tenemos judocas que lo pueden hacer”.
El avilesino considera que a Saúl Fernández (-60kg) y Nel Suárez (-73kg) “les cuesta tener un plan a la hora de afrontar los combates. Básicamente somos muy vulnerables y no tenemos seguridad en lo que hacemos”. Si bien es cierto que el componente mental es importante, García apuntaba que “la cabeza tiene importancia hasta cierto punto. Hay que trabajar de forma más insistente”.
En el caso de Anxo Regueiro (-50kg) cae “por sus propios fallos técnicos. Tiene kumi, solventa bien, no cae fácil, pero tiene que rematar. Para ello, hay que mejorar la capacidad de hacer una entrada y saber que con eso tiras al rival”.