El entrenador Carlos Fernández se muestra “francamente satisfecho” por el resultado después de más de una década sin subirse a lo más alto del pódium en la categoría

La segunda jornada del Torneo Internacional Gran Evento Villa de Avilés ha servido a Judo Club Avilés para sacarse la espina de la Supercopa de España Cadete. Dos oros y un bronce han servido al equipo avilesino para volver a la senda del triunfo. Nicolas Fernández en -42kg y Valeria Coronado en -44kg, además de un tercer puesto de Ángel Miguélez en -38kg, dejan a su entrenador más que satisfecho a su entrenador Carlos Fernández.

“Se ha visto sobre el tatami el trabajo que estamos haciendo. Es perfecto para esa categoría y forma parte del proyecto y de intentar ir reconstruyendo generaciones que nos devuelvan al lugar que ocupamos en su momento. Esa confianza que tenemos en esas categorías se ha puesto de relieve”, ha argumentado Fernández.

En el caso de los oros, Nicolás empezaba su cuadro en -42kg con el madrileño Daniel Hurtado al que se imponía sin grandes problemas. La siguiente ronda de la liguilla le llevó a encontrarse con otro asturiano: Iván Akimov, también con triunfo. El gallego Miguel Ratón le puso las cosas difíciles, pero al avilesino no se le resistía nada. Otra victoria que le metía en la lucha por el oro ante el andaluz Aaron Ramos donde se impuso para subirse a lo más alto del pódium. Por su parte, Valeria Coronado (-44kg) iniciaba su competición ante la gallega Ana María Veiga con un triunfo y avanzaba para verse las caras con la valenciana Marta Arcos. Una trabajada victoria la metía en la final contra la vasca Naia Marrero a la que ganó con constancia y esfuerzo Mientras, en el caso del bronce Ángel Miguélez comenzaba su andadura en la competición ante el cántabro Diego Herrera con victoria, algo que se repetiría ante otro cántabro, Héctor Montoya con un combate donde el avilesino sacó lo mejor de sí mismo para darle la vuelta a un combate que se complicó en los inicios. Posteriormente se encontraba con el aragonés Simón Polo ante el que cayó quedándose con la medalla de bronce

Lo cierto es que, hasta ahora, el calendario no había acompañado a Judo Club Avilés. “Veníamos de Santander de estamos muy cerquita de las medallas en líneas generales, aunque obtuvimos uno con Adriana Coronado, y estaba contento, pero ahora hemos conseguido dar ese paso de colarnos en lo más alto. Además del papel de Nicolás Fernández, Valeria Coronado y Ángel Miguélez, quiero poner en valor el papel de Adriana Coronado que no ha estado tan brillante. Eso nos pone en el camino correcto”, ha asegurado.

El míster no esconde que “los resultados ayudan a que el trabajo sea fácil, hay que aprovecharse de eso”. Con todo también advierte que “estoy convencido de que si hubiéramos obtenido otros resultados, el trabajo sigue siendo fantástico, sobre todo, porque manejamos esos aspectos tan importantes como el componente emocional”.

Los avilesinos vuelven a reinar en casa y el entrenador reconoce que tiene un valor añadido. “Ganar en casa es más difícil porque manejar las cabezas de estas generaciones es complicado. En ocasiones, la competición local es una doble responsabilidad, por eso pongo más en valor estos triunfos”.

Por su parte los dos protagonistas también se mostraban satisfechos. Para Fernández la sensación “es inexplicable, algo que desde pequeño he querido y he soñado. Es una emoción difícil de describir”. Con todo, y a pesar de la satisfacción, el avilesino cree que siempre hay margen de mejora “en aspectos como el desplazamiento”. Fernández ha apuntado que ha tocado esforzarse para llegar a lo más alto porque “todos los rivales vienen preparados, pero se ha sacado”.

Para Valeria Coronado, ganar en casa ha sido “una locura”. La castrillonense ha asegurado estar “muy orgullosa, feliz y agradecida de todo lo que ha pasado. Muy contenta con mi papel”. Lo cierto es que no ha tenido un cuadro fácil: “Estaba nerviosa, pero lo he sabido controlar. He tenido combates muy duros, cometí algunos errores pero supe centrarme y conseguir la victoria”.