El avilesino vuelve al club que le vio crecer dos años después de su retirada de los tatamis para iniciar su andadura como técnico haciéndose cargo de los equipos de competición: “Estoy a la expectativa por el cambio de rol”
Ricardo García ya sabe lo que es ponerse el judogi para dirigir a sus pupilos. Han pasado las primeras horas como entrenador y máximo responsable de los equipos de competición de Judo Club Avilés, pero al avilesino no le pesa la responsabilidad. A decir verdad, nunca le ha pesado ya que desde su época de judoka le ha gustado el liderazgo. Su sueño se acaba de hacer realidad, tal y como aseguran los que más le conocen, y ahora toca ponerse manos a la obra.
“Espero sorpresas. Empiezo con mucha ilusión y estoy un poco a la expectativa ya que el cambio es diferente”, ha apuntado el flamante técnico. García reconoce que en el inicio ha hecho algo poco habitual como preparar la mochila a primera hora de la mañana, “como si nunca me hubiera puesto un judogi” y confía en basarse “en mi experiencia para llevarlo rodado”.
El estreno como entrenador puede generar miedos. Sin embargo, Ricardo García dice no sentir la presión, aunque se muestra seguro de que “habrá objetivos a cumplir, pero me siento muy arropado porque es el club de casa y estoy con mi gente. Nervioso sí, pero presión cero”.
Hace algo menos de dos años, siendo todavía competidor, Ricardo no se mojaba en la web del club sobre si sería el futuro de JCA. Ahora, pasado el tiempo sonríe y reconoce que no esperaba la llamada de Carlos Fernández: “Fue una grata sorpresa. Cambia el rol, el papel, pero me apetecía, me picaba el niqui para subirme a este proyecto”. Conocedor de la casa en los buenos tiempos y en épocas de transición, explica que no se lo tuvo que pensar mucho, “fue instintivo. Luego en privado le di vueltas a la cabeza, pero si le hacemos caso al corazón, que es lo que hice, sé que no me equivoco”.
Ricardo se encontrará con los que hace no tanto fueron compañeros suyos caso de Adrián González o Elisa Fernández, algo que no cree que vaya a influir. “Espero de ellos compromiso y que no vean en mi una figura demasiado dictatorial. Evidentemente es otro estatus y prefiero crear una atmosfera estable y cómoda, pero si es necesario marcar diferencias con el fin de conseguir los resultados deseados, se hará”
Sobre la hoja de ruta a corto medio plazo, apunta que habrá objetivos que deberán obtenerse de forma inmediata y otros “madurarlos”. En su ADN va la empatía y por ello ofrece mano tendida y escucha activa: “Hay que hablar con los chavales para conocer a que quieren aspirar y sobre esa idea trabajar nosotros para que consigan incluso mayores retos que los que se marquen”.
Ricardo García compartirá papel con el que hasta hace poco era su maestro, Carlos Fernández. Ahora que los dos están en la misma posición, ¿qué espera? “Carlos no me cogió de pequeño, siempre hubo un trato de tú a tú (risas). Desde el respeto y con todo su apoyo no creo que haya ningún inconveniente”.