El entrenador Carlos Fernández llega a la penúltima cita del año pendiente de la evolución de los Infantiles y expectante por ver cómo se comportan los Cadetes

Poco a poco 2023 toca a su fin y llega una cita marcada en rojo en el calendario para Judo Club Avilés: Tenerife y su Copa de España Infantil. Para la competición de las islas Carlos Fernández se lleva a 22 judokas (Ángel Miguélez, Adriana Coronado, Valeria Coronado, Noé Rodríguez, León Díez, Sofía El Mouzdahir, Marco Menéndez, Illán Gutiérrez, Anxo Regueiro, Luis Villabrille, Nel Suárez, Samuel Giregna Suárez, Héctor Cruz, Hugo Cruz, Nicolás Fernández, Saúl Fernández, Daniel Pizarro, Alejandro Linares, Carlos Linares, Pedro López, Nacho Suárez y Leo Potesta).

Un grupo tan amplio da para todo. De hecho, el técnico avilesino avanza que “va a ser una competición donde la evaluación que hagamos va a ser complicada por el número de judokas. Hay gente, como siempre en el deporte, a la que el esfuerzo le está pagando con resultados y otros que no. Ahí está la fortaleza mental tanto suya como deportistas como nuestra desde la perspectiva del entrenador para saber llevarlo”.

En la cita acuden dos grupos diferenciados. Por una parte, los Cadetes donde Fernández reconoce que “dado el momento que están pasando, cobra más importancia si cabe porque está claro que en Pamplona no estuvimos a un nivel importante, igual que en el Villa. Tenerife se presenta como una muy buena oportunidad para ver lo que pasa”.

Situación bien distinta para los Infantiles, un grupo que Fernández entrena en el día a día y sobre el que hay puestas muchas esperanzas. “Estoy encantado como lo están haciendo y como entrenan”, aunque también aclara que esas esperanzas no deben entenderse como una presión hacia los chavales. “Es una etapa de formación bonita y hay otras cosas por delante” si bien es cierto que hay judokas a los que no quita el ojo: “Nicolás es muy joven, en una categoría pequeña y es su primer año con lo cual si van saliendo los resultados es un empujón más para el trabajo del día a día, pero para nada vamos a estar con el foco puesto en la medalla en Tenerife”. El técnico no pierde de vista el objetivo final: “Es mejorar nuestro judo para que cuando seamos mayores hagamos judo de verdad”.

Sin embargo, y más allá de lo competitivo, Tenerife tiene una serie de ingredientes añadidos. “Es una de las salidas más bonitas por todo lo que conlleva, por el significado que para mí tiene en lo personal y porque tradicionalmente en estas categorías es fundamental dar ese plus. Tenerife lleva parejo compañerismo, socialización y para los entrenadores algo fundamental como es hacer grupo”, ha concluido el técnico.