La avilesina cierra la temporada con una mezcla de “frustración y tristeza” tras perder dos combates por estrangulación
Pamplona no deja un buen sabor de boca a Elisa Fernández que ve como se cierra la temporada senior ante de lo que a la judoka le gustaría. La avilesina acudía a la final del campeonato de España senior con las ideas claras, aunque el tatami le jugó una pasada. Dos combates fueron suficientes para apear a Fernández de la competición. “Caí en los dos de la misma manera, por estrangulación. Eso es lo mismo que decir que tardas un segundo en defender y te vas para casa”. La valenciana Aitana Fernández y la gallega Leyre Villamediana fueron sus dos rivales, dos viejas conocidas para la avilesina que se llevaron el gato al agua.
Sin citas a la vista, la campaña se da por finalizada con una mezcla de “frustración y tristeza porque era una competición para avanzar más rondas y pelear más combates con las participantes que había. Era una cita bonita a la que llegaba en buen estado y creyéndomelo”. La judoka reconocía que “me gusta mucho competir y siento que este año al ser senior tengo muchas menos competiciones y al llegar a la última y que salga así no es el mejor escenario”.
Su entrenadora Raquel Pascual apuntaba que salieron “fríos” a la final a lo que suma “falta rodaje y mucha cabeza”. Para la catalana la competición deja como conclusión que “hay que mirar al detalle todos los errores. Cómo experiencia, no es mejor el que no cae, hay que caer y levantarse. Ahora toca mejorar y aprender, crecer y saber gestionar todas las emociones”. Pascual insistía en que “para ser competitivos tenemos que pasar por todas las plataformas emocionales” y advertía: “Aunque no fue nuestra mejor competición, esto es un punto y seguido no un punto y final”.
Uno de los valores que promulga Judo Club Avilés es el sentimiento de familia y pertenencia a algo más que una entidad. Eso quedó demostrado en tierras navarras ya que a Elisa Fernández le acompañaron, desde la grada, los judokas Fernando Fresnedo y Adrián González que viajaron hasta Pamplona pese a no tener competición.