El avilesino supo reponerse de las molestias que arrastraba en la muñeca y el tobillo derecho para subirse al pódium de la cita internacional disputada en Málaga

No hay mejor manera de cerrar un fin de semana que obteniendo un metal, pero si a eso se le suma que se trata de una competición internacional donde hay que medirse con los mejores, la satisfacción es mucho mayor. Adrián González ha puesto fin a una cita de ensueño subiéndose al tercer cajón y consiguiendo un bronce en la Copa de Europa disputada en Málaga a lo largo del sábado y el domingo.

El objetivo no era fácil por varias razones. En primer lugar, por el nivel de los competidores: el japonés Mitsuki Sugawara, el ucraniano Oleksii Halaka, el alemán Paavo Ploehnert y el estonio Karl Priilinn Turk. Finalmente, el georgiano nacionalizado Davit Kevlishvili no participó por encontrarse en otra competición. En segundo, porque el judoka llegaba con molestias de las que no se había recuperado en su tobillo y muñeca derecha. Pese a todo, Adrián fue capaz de sobreponerse a las adversidades y situarse entre los tres mejores en la liguilla disputada en la categoría de + 100kg.

Una victoria ante Ploehnert y tres derrotas frente a Sugawara, Halaka y Priilinn Turk sirvieron para que el avilesino alcanzara el metal. Una presea que tiene más importancia a nivel personal ya que Adrián volvió a competir hace tres años. “Es superarme a mí mismo porque tuve una lesión muy grave de espalda y todavía me da algo de respeto competir”, ha confesado. De hecho, esa lesión sigue ahí. “Es la rotura de un pico de una vértebra. No es una tontería. Estamos hablando que si se llega a salir la médula ósea me quedo en silla de ruedas. Durante cinco años estuve sin competir y me dan algo de miedo las caídas. Hace dos años no podía imaginar estar en una cita como esta y me va a marcar”, ha asegurado.

Su entrenador Carlos Fernández ha señalado que se trata de “un gran resultado porque acudíamos a esta cita con la intención de aprender con judokas que están en el top 10 a nivel mundial. Hay mucho camino que recorrer, pero una medalla a nivel europeo nos ayuda a continuar y nos hace situarnos. En definitiva, tenemos que seguir trabajando porque estamos ante un peso pesado muy joven, aún por formar y hay que ir paso a paso, sin quemar etapas y buscando mejoras tácticas y técnicas que nos ayuden a crecer”. El técnico avilesino no olvida de dónde vienen, gran conocedor de la evolución de Adrián. “Nos ha costado un montón sacarlo adelante desde que era un crío, conseguir que fuese capaz a enfrentarse cara a cara en un tatami y hoy avanzamos, pero conocedores de que nos queda muchísimo por caminar y tenemos que hacerlo de una manera muy comedida calculando cada paso para no confundirnos”, ha recordado.

A sus 19 años el avilesino es un ejemplo de superación y trabajo. De ahí, los tres metales obtenidos en las tres últimas competiciones en apenas mes y medio ya que al bronce de la Copa de Europa se suma el subcampeonato de España disputado en Madrid y el Universitario celebrado en Murcia. Por delante le queda el stage de entrenamientos de tres días con el combinado nacional y a la vuelta pensar en la última jornada de la Liga Nacional donde el equipo masculino disputará el playoff de ascenso a Segunda. “Tengo muchas ganas de que llegue y tratar de aplicar algunas de las cosas que he aprendido a nivel individual al equipo. Es algo que me cuesta un poco más”, ha concluido.