En su primer año en la categoría, el avilesino ha disputado un campeonato sobresaliente imponiéndose a rivales como el aragonés Aitor Rivero o el catalán Tsunoda, proveniente de una de las sagas familiares más prometedoras en el judo junto a su hermana Ai
La segunda jornada del Campeonato de España en Edad Escolar sirvió para que la expedición del Judo Club Avilés se sacara la espina clavada del sábado. Pese al buen trabajo mostrado, había sido un día agridulce, sensación que se disipó con la gran actuación de Saúl Fernández (-46kg) en categoría infantil.
El cuadro del avilesino comenzaba con un combate ante el aragonés Aitor Rivero, un rival complicado y con experiencia que el año pasado peleó por el bronce ante otro integrante del Judo Club Avilés, Javier Simancas. Sin embargo, poco importó el currículum que tenía enfrente. Saúl sabía que este iba a ser su campeonato y primero con un wazari y después con una excepcional inmovilización en el suelo se llevó la pelea. En el segundo combate se vio las caras con uno de los favoritos, el catalán de origen japonés Tsunoda, hermano de la actual campeona del mundo en categoría Junior Ai Tsunoda. Un encuentro de carácter más emocional por tratarse de un rival muy conocido, pero donde a Saúl tampoco le tembló el pulso. Un ataque de o uchi gari le sirvió para obtener el pasaporte a las semifinales donde se encontró con Jaime Pinto. Ante el andaluz dos wazaris casi consecutivos, uno de hombro y otro de ko uchi gari, le dieron el pase a la final con todo merecimiento donde esperaba Andrei Din. El combate ante el judoka nacionalizado con licencia madrileña fue valiente y tremendamente igualado, tan solo decantado por las sanciones, siendo necesario llegar al golden score para conocer al campeón.
A pesar de ser su primer año, Saúl ha demostrado el temple que tiene para encarar los torneos con un cuadro tremendamente exigente que le ha obligado a sacar lo mejor de sí mismo para alzarse con el subcampeonato de España. “Estoy contento porque, aunque haya perdido, no me imaginaba llegar hasta aquí”, ha asegurado el judoka con su medalla de plata colgada del cuello. Sobre la disputadísima final, ha apuntado que se ha sentido “bien, no podía haber dado más de lo que di” aunque ha avisado: “El año que viene pelearé por llevar el oro a Avilés”.
La cita del domingo también dejó la participación de Daniel Pizarro (-55kg). El judoka comenzó imponiéndose de forma muy resolutiva ante el aragonés Santiago Hernández, aunque luego cedió en el segundo combate por un ataque de hombro y posteriormente cayó en la ronda de consolación quedando sin opciones de medalla.
La cita, en términos generales, deja satisfecho a su entrenador. Carlos Fernández ha explicado que regresa con “la alegría de la medalla de Saúl. Ha tenido una actitud fantástica, algo que ha sido el denominador común de todos los judokas JCA. Lo dieron todo en el tatami y los errores que nos llevaron a no tener mejores resultados los tenemos identificados y podemos trabajar para el futuro”. De hecho, el técnico avilesino ha reconocido que la crisis sanitaria ha hecho mella. “Sí que noto que necesito de este tipo de competiciones para identificar los errores. La pandemia nos tenía un poco cortados porque antes llegábamos más rodados a los campeonatos y las últimas competiciones me están viniendo muy bien para detectar los fallos”, ha explicado.
El próximo fin de semana cambio de chip. Toca nuevo viaje a Madrid para disputar la segunda jornada de Liga Nacional con las chicas peleando por la continuidad en Primera y los chicos por el playoff de ascenso a Segunda.